Contar con una silla ergonómica se ha vuelto indispensable para las oficinas de hoy. Los trabajadores de oficina permanecemos sentados, en promedio, de 4 a 6 horas todos los días. Para algunos de nosotros, esta cifra se puede elevar a más de 8 horas por las exigencias de nuestras labores.
Sin embargo, el cuerpo humano no está diseñado para permanecer en una misma posición por largas horas. ¡Mucho menos lo está para permanecer sentado! Al estar sentados por largas horas, nos volvemos propensos a sufrir de:
- Mala postura
- Dolores de espalda, cuello y hombros
- Problemas circulatorios en las extremidades
Es así que surgen las sillas ergonómicas, un tipo de asiento diseñado para brindarnos la comodidad, seguridad y el soporte que necesitamos para evitar contraer esos problemas de salud.
En VISSO, como expertos en ergonomía, te explicaremos qué son las sillas ergonómicas, cómo identificar si la silla que has visto es realmente ergonómica, y por qué estas sillas se han vuelto indispensables para todos los trabajadores de oficina de hoy.
¿Qué es una silla ergonómica?
Las sillas ergonómicas se han vuelto cada vez más populares entre los trabajadores de oficina por sus múltiples beneficios a la salud y al rendimiento. Sin embargo, cabe preguntarnos ¿a qué nos referimos cuando hablamos de sillas ergonómicas? Bien, el término clave aquí es la ergonomía.
Descrita de forma sencilla, la ergonomía es una ciencia que estudia la relación entre las personas y sus puestos de trabajo.
Los expertos en ergonomía laboral se encargan de que el lugar de trabajo y todos sus implementos se adapten a las características fisiológicas, anatómicas y psicológicas de los colaboradores.
Por lo tanto, ¿qué es una silla ergonómica? Bien, una silla ergonómica es aquella que:
- puede ser regulada según las necesidades de la persona
- se adapta a la forma del cuerpo del usuario
- garantiza que la presión sea equilibrada en diversos puntos del cuerpo
- permite mantener una postura buena, cómoda y saludable
¿Cómo sé si mi silla es ergonómica?
Sabiendo ello, ¿cómo puedo saber si una silla es ergonómica? Para que una silla sea considerada ergonómica, debe contar con las siguientes características esenciales:
- Debe contar con soporte lumbar regulable: el soporte lumbar ayuda a reducir la tensión en la espalda baja y a mantener la curva natural de la columna, lo que ayuda a reducir el dolor de espalda.
- La altura de la silla debe ser ajustable a tu estatura: Un asiento regulable en altura permite que tus pies se apoyen en el suelo con naturalidad; tus rodillas deben permanecer en un ángulo de 90°.
- El respaldo del asiento debe tener curvatura ergonómica: Un respaldo curvo permite que tu columna vertebral se apoye de manera correcta y promueve una postura saludable durante las largas horas de trabajo.
- Debe contar con un mecanismo de reclinación con bloqueo: Así podrás cambiar el ángulo de inclinación a lo largo del día, esto te permitirá encontrar la posición más cómoda en cada momento.
- El asiento debe ser deslizable y en forma de cascada: Un asiento ajustable y con borde inclinado reduce la presión en los muslos y mejora la circulación.
- El pistón de gas debe ser clase 3 o superior: El pistón de gas de una silla ergonómica amortigua el peso del usuario al sentarse, así que es necesario contar con uno de calidad clase 3 o 4 para garantizar la durabilidad de la silla.
- Debe contar con apoyabrazos regulables: Ajusta los apoyabrazos en altura, profundidad y ángulo para reducir la tensión en hombros y brazos.
- La base de la silla debe tener 5 puntas: Una base de cinco puntas ofrece mayor estabilidad y equilibrio, previniendo caídas y accidentes
- Debe contar con cabecera regulable (opcional): Para aquellos de estatura alta, es recomendable que la silla ergonómica cuenta con una cabecera, también conocida como apoyacabeza o reposacabeza. Este accesorio brinda un soporte adicional en la zona cervical, en especial si puede regularse.
¿Por qué comprar una silla ergonómica para tu oficina?
Las sillas ergonómicas ofrecen múltiples beneficios para quienes la usan, por ejemplo:
- Mejoran tu postura
- Disminuyen el dolor de espalda
- Reducen la tensión en cuello y hombros
- Evitan los problemas circulatorios en piernas y brazos
- Mejoran tu productividad en el trabajo
Al contar con una silla ergonómica, las jornadas laborales se sobrellevan de una manera más cómoda, sin distracciones y sin complicaciones de salud.